Por todos es conocido el papel que desde hace décadas desempeña Helga de Alvear al frente de su galería en la introducción y consolidación de la fotografía en el contexto artístico. Esta exposición pretende trazar a través de las fotografías de su colección algunas de las vías de interrogación sobre el medio fotográfico que se plantean a finales de los años sesenta.

Son líneas de trabajo trazan un mapa de las cuestiones que han marcado la producción artística desde entonces y hasta la actualidad: la historia y la memoria colectiva; las cuestiones de género e identidad; la permanencia y la transformación; el proceso y el tiempo frente al objeto; el cuestionamiento de la fotografía como documento de la realidad; o la documentación de lo efímero.

En esta exposición, la fotografía pasa de la realidad detenida a la representación del movimiento. Encontraremos obras que crean narrativas que reconstruyen acciones previas, frecuentemente protagonizadas por sus propios autores, como en el caso de Helena Almeida o Jürgen Klauke. Por su parte, artistas como Olafur Eliasson o Roni Horn también emplean la contigüidad de un mismo motivo para reflejar el fluir de la naturaleza, su eterno movimiento y transformación. Igualmente descubriremos paisajes congelados como los de Hamish Fulton que revelan lo fugaz de un momento. En otros casos, los artistas captan con ironía imágenes basadas en la suspensión del movimiento, de la figura o de un objeto como Anne & Bernhard Blume, o muestran personajes sorprendidos en su cotidianeidad o en reposo tras la acción, como los de Vanessa Beecroft. La exposición reserva igualmente un espacio para fotógrafos que indagan en los límites del medio encontrando la trasposición del movimiento y el tiempo, como en la obra de Hilliard o Dibbets. Finalmente encontraremos conjuntos de instantáneas de autores como Nan Goldin o Boris Mikailov que, al disponerse unas tras otras, crean el retrato de una vida, una sociedad o un momento histórico.