Miss Beige es una identidad contracanónica, comprometida con nuestra cotidianidad y radicalmente alejada de los nuevos cánones que se imponen en las redes sociales en plena era selfie. Es un proyecto multiforme que nace en respuesta a la carencia de heroínas femeninas no sexualizadas ni cosificadas en el imaginario colectivo. Parte del propio uso monocromo del beige, un color aséptico con el que critica la obsesión por el retoque, el filtro y los mecanismos de autoengaño que nos ofrecen nuestros dispositivos y aplicaciones de imágenes.

En esta exposición, el Museo Cerralbo, que celebra sus 100 años de saber estar, acoge la década de existencia de Miss Beige y su particular modus operandi: un nuevo lenguaje a partir de formas preexistentes como una forma completamente alternativa de observar lo que nos rodea. En un momento en el que nos hemos olvidado de detenernos y mirar, Miss Beige rescata destellos de nuestra cotidianidad. En su obra estamos atrapados en un intercambio silencioso entre artista y espectador en el que se inmiscuye la sorpresa al convertir a este último en el mirón mirado.

De hecho, en Hay que saber estar, la artista reivindica la fantasía y el humor como herramientas políticas para apropiarse del lugar y debatir de este modo el poder de la mirada. Probar a pensarnos distinto. El humor suele reflejar las percepciones culturales más profundas, ofreciéndonos un poderoso instrumento para entender las formas de pensar y sentir que la cultura ha modelado. Recordando al espectador que la esperanza y el miedo, la alegría y la desesperación, la belleza y lo grotesco nunca están tan lejos el uno del otro. Después de todo, la diversión está en el pensamiento.