EXPOSICIONES
Puccini fotógrafo
Giacomo Puccini
1 jul. — 22 jul. 2024
Teatro Real
— Madrid
Comisariado por
Gabriella Biagi Ravenni, Paolo Bolpagni y Patrizia Mavilla
Organiza
Teatro Real, Istituto Italiano di Cultura di Madrid, Tradichem y PHotoESPAÑA
Colabora
Fondazione Ragghianti, Fondazione Simonetta Puccini per Giacomo Puccini y Centro studi Giacomo Puccini
Horarios de la sede
Mañanas:
Lunes a domingo
09h30 a 13h30
Cerrado: 7 y 19 de julio
Acceso a la exposición con la compra de la visita guiada
Tardes:
Acceso a la exposición incluido en la entrada los días que haya función de ópera
Sede
Teatro Real
Plaza de Isabel II, s/n
Mapa
Esta exposición gira en torno a una gran pasión —hasta ahora inédita— del insigne compositor italiano: la fotografía. El descubrimiento de esta disciplina, que Giacomo Puccini inicia alrededor de 1894, cuando su práctica prolifera entre aficionados entusiastas, añade una pieza clave al conocimiento sobre su figura. En la producción de Puccini se descubren pasajes de sugestivo lirismo en los que la naturaleza se convierte en protagonista al tiempo que la figura humana se reduce comúnmente a una pequeña silueta en la inmensidad del paisaje. Son composiciones visuales bien calibradas, en ciertos casos asimilables a las obras de amigos pintores, pero siempre provistas de un barniz personal.
Cuando se encuentra lejos de Italia, Puccini parece dejarse seducir por los lugares que visita con una lucidez que transciende las actitudes del mero turista. En Nueva York queda impresionado por el urbanismo y por los grandes puentes; en Egipto, por los paisajes y sus pobladores más, si cabe, que por los monumentos. Es la cotidianeidad lo que despierta su curiosidad.
No son tampoco escasas las fotografías en las que Puccini captura su sombra. No se trata de una figura cualquiera, sino de esa reconocibilísima silueta masculina que —tocada con su inseparable sombrero, ligeramente ladeado— hoy ha pasado a la historia. Constituyen estas instantáneas perfecto ejemplo del celo dispensado a la construcción de la propia imagen, de la que será por completo consciente y de la que, vislumbrado precozmente las posibilidades que la fotografía le brindaba, se servirá como medio para acrecentar su popularidad.
This exhibition revolves around a great passion—until now hardly known—of the illustrious Italian composer: photography. The discovery of this discipline, in which Giacomo Puccini started dabbling in around 1894, when it was spreading among enthusiastic amateurs, adds key information to our knowledge of him.
In Puccini’s works, we discover suggestively lyrical passages in which nature comes to the fore, while the human figure is often reduced to a tiny silhouette in the immensity of the landscape. They are well-calibrated visual compositions, some of them comparable to the works of his painter friends, but always with a personal touch.
When he was far from Italy, Puccini seems to have been seduced by the places he visited with a lucidity that goes beyond the attitudes of a mere tourist. In New York, he was impressed by the urban planning and the large bridges, in Egypt by the landscapes and their denizens even more than by the monuments. Everyday life is what sparked his curiosity.
Nor is there a dearth of photographs in which Puccini captures his own shadow. It is not just any figure but that easily recognisable male silhouette which—topped by his inseparable hat, slightly tilted to the side—has gone down in history. These snapshots are a perfect example of his passion used to construct his own image, which he was totally conscious of and which, having seen the possibilities afforded him by photography early on, he would use as a medium to boost his own popularity.